La ley de la atracción- ¿Que es en realidad?

¿Sabias que al mundo lo rigen ciertas leyes infalibles? Si. De estas leyes no se escapa nadie y si no lo crees solo toma como ejemplo lay de gravedad. Desde el ser más grande hasta el más diminuto se somete a la gravedad. De igual modo como la ley de gravedad rige nuestro mundo físico hay leyes que rigen nuestro aspecto espiritual. Les estoy hablando especialmente de la ley de la atracción. En este artículo descubrirás de qué se trata esta ley y cómo usarla para nuestro beneficio.

La ley de la atracción se basa en la idea milenaria de que “lo semejante atrae a lo semejante”. Esto se aplica prácticamente a todos los aspectos de nuestras vidas, según los seguidores de esta ley. La ley de la atracción es algo milenario. No es para nada nuevo, así muchos quieran atribuírsela ahora con el fin de vender muchos libros. La realidad es que se han encontrado indicios de esta filosofía en manuscritos del hinduismo, judaísmo, la teosofía y en la cábala. Todas estas referencias datan de miles de años.

El principio fundamental de la ley de atracción es básicamente que las personas tenemos el poder de atraer cosas hacia nuestras vidas. Si nuestros pensamientos son positivos esto traerá cosas positivas a nuestras vidas. Si, por el contrario nuestros pensamientos son negativos, esto traerá consecuencias negativas.

Basados en esta filosofía podríamos decir que el principio estructural de todo acontecimiento en la vida es el deseo o la intención. Si deseas algo y actúas en concordancia con ese deseo, él inevitablemente se realizará. Por ejemplo, si lo que deseas es prosperidad económica en tu vida y actúas siguiendo reglas de buen uso de tus finanzas personales como el ahorro, la privación de gastos innecesarios y la inversión, seguramente que a tu vida llegará la prosperidad económica. Difícil de creer para muchos, pero lo cierto es que hay testimonios de que esto funciona así.

Como acabas de ver la ley de la atracción se puede manifestar en casi cualquier plano de nuestras vidas. Cualquier persona se puede beneficiar de esta siempre y cuando sus actos estén en concordancia con sus pensamientos y deseos. Quizá sea hora de que te plantees tus anhelos y aspiraciones más grandes y que definas el modo correcto en el que debes actuar para que estos deseos se manifiesten en tu vida.